JUMILLA, (ESPAÑA)
2011
Lejos de lo que viene siendo habitual en este sector, Ego Bodegas, no nace ni fruto de la tradición heredada de sus propietarios, ni de la inquietud de explotar sus maravillosos viñedos y ni siquiera de la vocación por aprender de este maravilloso mundo.
Nuestra historia es la unión de pasión y esfuerzo, lo que llamamos Talento, nombre de nuestro primer vino. En 2011, Santos Ortiz e Ioana Paunescu arrancamos de cero, con pocos medios pero gran experiencia en creación de proyectos, finanzas, marketing y ventas.
Lo hicimos al revés de lo establecido: construimos la bodega de arriba abajo, con un objetivo claro—ventas y rentabilidad—y un equilibrio perfecto entre calidad, imagen y precio.
Tras meses de búsqueda, encontramos nuestro lugar en la zona alta de la Hoya Torres, rodeados de viñedos de Monastrell con más años que nosotros juntos. Desde entonces, todo ha ido muy rápido: hemos aprendido, consolidado y seguimos creando vinos para disfrutar, siempre en busca del equilibrio perfecto
Nuestra bodega, de estilo modernista, integra tecnología avanzada para una vinificación limpia, segura y controlada. Ubicada cerca del centro histórico de Jumilla, cuenta con 35 hectáreas de viñedo propio, principalmente Monastrell.
Desde el inicio, hemos cuidado cada detalle para combinar tradición y técnica moderna. Fermentamos las uvas de cada viñedo por separado en depósitos de acero de 4.000 a 12.000 kilos, asegurando calidad constante. Nuestros vinos salen listos para disfrutar, pero con potencial para evolucionar durante años.
Donde el vino no se fabrica: se vive
En Ego Bodegas creemos que un vino no empieza en una botella. Empieza en una idea.
Una idea que nace del respeto por la tierra, del valor que damos a la Monastrell, nuestra variedad más representativa, y del compromiso con hacer las cosas bien desde el principio.
No venimos de generaciones de bodegueros, pero sí de años de experiencia, pasión y algo que no se enseña: intuición. Apostamos por lo esencial: buena tierra, buen fruto y respeto por cada paso del proceso. Lo demás, lo aporta nuestra forma de hacer las cosas.
Queríamos algo distinto. Y lo conseguimos.
No buscamos solo calidad. Queremos que al abrir una botella sientas carácter, autenticidad y una historia detrás.
Ego, Talento e Infinito no son solo nombres. Son principios que resumen nuestra visión:
Bienvenido a Ego Bodegas.
Aquí, el vino no se fabrica. Se vive.
La bodega ha sido concebida como un espacio donde la tecnología se pone al servicio del vino. Cada fase del proceso está monitorizada con sistemas de control avanzados que permiten tomar decisiones precisas en el momento justo. Este enfoque técnico, sumado a una cultura de mejora constante, garantiza que cada vino que sale de Ego Bodegas cumpla con los más altos estándares de calidad.